sábado, 26 de septiembre de 2009

Quién sabe


Cada día que pasa es otra maldita agonía... me supongo que es porque tengo una adolescencia aburrida, triste e inhóspita.

Una frase que dije hace unas entradas atrás, dice: "Mis libros son como los días que pasan; aveces avanzan muy rápido y otras veces muy lento, pero siempre se descubre algo nuevo en cualquier momento". Debo confesar que esa frase es muy constradictoria en mi caso, -como un buen amigo me la dijo hace unos meses- pues, creo que sólo la escribí por escribirla.. o tal vez la escribí sólo para sentirme un poco mejor.

Lo cierto es que en vida sólo he sido una niña centrada en el futuro, nunca he vivido del pasado y nunca he vivido del presente, sólo he vivido de un futuro lejano que.. quién sabe si existe.

Quizás no he vivido mi presente porque nunca me ha agradado; siempre paso por malos momentos, todos los años. La vida no es mala, no es cruel, pero es difícil.

Lo único que hago es esperar, aguantar y llorar.

Espero como imbécil a que algo maravilloso pase en mi vida, tal cual como hacemos al abrir la nevera/heladera y ver que no hay nada que se pueda comer y esperándo a que aparezca un gran pastel de chocolate para deborarlo en un abrir y cerrar de ojos.

Aguanto
mis ganas de responderles a todos: "Estoy para encerrarme en un manicomio. No estoy bien, O.K?" cuando me preguntan: "¿Cómo estás?".

Lloro cuando estoy en la ducha para que nadie me vea a hacerlo y aveces lo hago frente a todos cuando no tengo suficiente fuerzas para resistir. Quisiera que mis ojos fueran como el desierto de Sahara, seguramente mis ojos no me dolerían tanto.


Ahora sólo soy como un pequeño libro sin ilustraciones en su tapa; estándo en algún rinconsito de una gran la librería, esperándo a ser descubierto por un extraño intersado, esperándo que ese extraño lea y descubra cada página, esperándo a que repare los pequeños daños, esperándo a ser cuidado, admirado y amado; tal como cualquier ser humano quiere que lo traten.

Remplazaré los gritos por las palabras, así no destruiré mis cuerdas vocales.

Mientras los recuerdos llegan a mi mente, yo seguiré sosteniéndo la frase: "Dios pagará por tu tiempo de espera". Y... pienso que ya se me está acabando la paciencia.

Envidio a mi madre y envidio a Candy Candy por siempre tener una sonrisa en su rostro, por siempre ser hipócritas con los demás, por siempre ser unas buenas actrices.

Pero yo... yo no puedo ser hipócrita; muchas veces puedo mentirle a todos, pero a mí misma no puedo hacerlo, ni siquiera intentarlo.

Por eso esperaré, aguantaré, lloraré pero... no me derrumbaré.
Quién sabe, tal vez Dios me pueda pagar mi tiempo de espera...

viernes, 25 de septiembre de 2009

Pasatiempos..

Bien... aún las palabras no me han escogido o no han llegado a mi mente, supongo que esperaré como Penélope hasta que lleguen.

Uno de mis pasatiempos es fotografíar cualquier cosa, y sí... muchas veces me molesto cuando la gente ve alguna de mis fotos y dice: "Okaaaay! -insérte carita de idiota desconcertado que no entiéndo ni un pepino de nada y añada una vocesita impertinente sarcástica-"

Ya es suficiente :)

Sólo ve lo que puedo hacer con una cámara en mis manos.

Chocolate & Whisky
Photobucket





Hojas sobre Caracas

Photobucket




Plaza Bolívar (El Limón)

Photobucket




Pies

Photobucket




Anto's eye

Photobucket




Gitana

Photobucket




Fun
Photobucket


En este mismo instante estoy odiándo a Eva más que a nadie en el mundo. ¿Por qué desobedeció a Dios?. Ahí tenemos un gran ejemplo: Cuando somos estúpidos podemos cambiarlo todo.

Mientras me trago una ibuprofeno, escucharé una canción sobre las quejas de Lily allen.


PD; Disculpen si las fotos son muy grandes pero como pueden ver, soy una completa ignorante en cuanto a la tecnología.