La mano tiembla cuando el Poema está por aparecer.
Se esconde detrás del miedo para evitar su llegada, siempre fracasando en el
intento.
Hoy, ella se rinde.
Llora como
muchachita mimada y acepta su destino.
El Poema ha llegado para secarle las lágrimas, para que respire letras,
para
que simplemente pueda
vivir.
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